¿Has pensado alguna vez cuales son las habilidades comunicativas y personales necesarias para el mando y directivo en el siglo XXI?
La capacidad profesional del directivo ha dejado de medirse exclusivamente por sus conocimientos técnicos. En muchas ocasiones, sus subordinados suelen tener una capacidad técnica igual o superior, por lo que su función, ha dejado de ser, en ocasiones formativa.
Sustituyendo estas Hard skills, nos encontramos con Soft skills, tan importantes o más, como las dotes de comunicación.
De hecho, su capacidad de liderazgo y por lo tanto de influencia en las distintas áreas de la organización marcará la diferencia entre el Mando del siglo XXI y el que no sea capaz de evolucionar con los tiempos.
El proceso de transformación que están viviendo las empresas, en este nuevo mundo en convivencia con la COVID-19 y en el entorno VUCA, que nos encontramos inmersos, obliga a acelerar el cambio para no perder el tren.
Las organizaciones de hoy día apuestan por el trabajo en equipo, la responsabilidad interdependiente y estructuras horizontales en las que prima la flexibilidad frente a la jerarquía y el mando.
El planteamiento de estas cuestiones genera cierta preocupación en las empresas, sobre todo, teniendo en cuenta que la zona de confort hoy en día se ha limitado a los escasos metros que comprende un despacho.