Por qué exigirse demasiado se ha convertido en un preocupante trastorno, la sisifemia
«¿Para cuándo lo necesesita? Para ayer». Esta expresión quizás sea bastante familiar para algunos, incluso se ha llegado a considerar como normal que el estrés forme parte del trabajo. Pero, ¿qué pasa cuando puede derivar en un cansancio mental excesivo?
Podríamos asociar esto con el “burnout”, pero hoy venimos a hablar de un trastorno menos conocido, la “sisifemia”, asociado a la sobrecarga mental en el trabajo y al hecho de autoexigirse demasiado.
Nos centraremos en qué es, en saber identificar sus síntomas y en ver cómo lo podemos prevenir. Además, es interesante mostrar las diferencias con el burnout, que ya ha sido mencionado en otras entradas.
¿Qué es y cuál es el origen del término?
La sisifemia hace referencia al padecimiento con agotamiento físico y mental del trabajador incansable que persigue, de manera descontrolada, lograr alcanzar un objetivo inalcanzable. Y que además, está día tras día con la frustración de no verse capaz, a pesar de estar haciendo lo máximo posible en el trabajo.
Por ello, suele alargar la jornada laboral para atender a una tarea que no puede posponer, lo que supone hacer día tras día un sobreesfuerzo por alcanzar el objetivo.
Este trastorno se caracteriza por una carga mental extrema, largas jornadas laborales y la necesidad constante de superar expectativas personales.
El término «sisifemia» se inspira en el mito de Sísifo, un personaje mitológico condenado a empujar una roca gigante cuesta arriba, solo para verla caer nuevamente y tener que reiniciar el proceso infinitamente. Porque justo cuando estaba a punto de llegar a la cumbre, la roca volvía a caerse y tenía que subirla de nuevo sin descanso.
Justamente, el trabajador que sufre este trastorno se siente así, se ve atrapado en una rutina laboral aparentemente interminable y desafiante, donde la búsqueda constante del éxito se convierte en una condena diaria. Sin pausas ni reposo, empieza cada día con el mismo peso.
Este concepto se empleó por primera vez, en el 2022, en el artículo «La sisifemia o el cansancio mental del trabajador incansable: prevención de la dismorfia de productividad y su alto riesgo psicosocial», escrito por Araceli López-Guillén y José Manuel Vicente.
Y aunque el nombre del padecimiento y su definición son relativamente nuevos, la dolencia en sí ha existido durante mucho tiempo.
La sisifemia tiene sus raíces en el entorno laboral contemporáneo, donde la competitividad y la sobrecarga laboral son comunes. Además, la digitalización y el teletrabajo, en ocasiones, ha desvirtuado los límites de la desconexión entre los tiempos de trabajo productivo y los tiempos personales. Podemos decir, por lo tanto, que la causa mayor reside en el desequilibrio entre la alta demanda laboral y la capacidad de respuesta dentro de la jornada.
¿Cuáles son los síntomas de la sisifemia?
Los síntomas de la sisifemia pueden variar en intensidad de una persona a otra, pero generalmente incluyen:
- Autoexigencia extrema: las personas tienden a establecer estándares poco realistas para sí mismas y se esfuerzan constantemente por superarlos.
- Perfeccionismo obsesivo: la búsqueda implacable de la perfección en el trabajo puede llevar a la insatisfacción crónica y al agotamiento mental.
- Ambición desmedida: la obsesión por el éxito y la ambición sin límites pueden generar una ansiedad constante y una búsqueda interminable de logros.
- Agotamiento físico y mental: la sisifemia puede provocar agotamiento tanto físico como mental debido a la presión constante y la falta de satisfacción en el trabajo.
- Aislamiento social: la dedicación excesiva al trabajo puede llevar al aislamiento social y a un desequilibrio en la vida laboral y personal.
Diferencias entre la sisifemia y el burnout:
Aunque ambos trastornos puedan parecer similares debido a su relación con el agotamiento laboral, existen diferencias notables entre ambos.
Por un lado, en relación con la causa principal, debemos decir que la sisifemia se origina en objetivos inalcanzables y una búsqueda obsesiva del éxito personal; mientras que el burnout está relacionado principalmente con el estrés laboral crónico y la falta de recursos para enfrentarlo.
En cuanto a síntomas, la sisifemia se caracteriza por la angustia, la obsesión por el trabajo y la ansiedad constante; mientras que el burnout se manifiesta a través de la desmotivación, el agotamiento emocional y la despersonalización.
Y además, no suelen afectar al mismo perfil de trabajador. La sisifemia afecta a trabajadores con alto nivel de autoexigencia y perfeccionismo, mientras que el burnout se presenta en profesionales con experiencia que se sienten desmotivados y quemados.
En resumen, la sisifemia es un trastorno relacionado con la carga laboral excesiva y la búsqueda obsesiva del éxito personal, mientras que el burnout está vinculado al estrés laboral crónico y la falta de recursos para enfrentarlo. Ambas condiciones pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de los trabajadores, pero tienen ciertas diferencias.
Consejos para evitar que este trastorno impacte en la salud de los trabajadores:
Según Amira Bueno, directora de recursos humanos de Cigna Healthcare, «Las empresas deben tener un papel proactivo para ayudar a sus empleados a vencer esta situación de constante presión y saber gestionarla para evitar derivar en estrés y problemas de salud más graves».
Por lo tanto, para evitar que la sisifemia se convierta en un problema en el trabajo, os presentamos cinco estrategias para que esta no impacte en la salud y bienestar de los empleados:
- Impulsar una cultura organizacional preventiva: el entorno laboral que promueve la salud mental de los empleados puede mejorar la satisfacción laboral y la retención de talento. La prevención a través de programas de salud mental en las empresas podrá evitar el estrés en el trabajo diario y que este derive en trastornos más graves.
- Definir expectativas realistas: los empresarios deberán comunicar claramente los objetivos del trabajo y los empleados deben comprender sus responsabilidades para evitar crear expectativas poco realistas que generen estrés y presión innecesaria. Para ello, es fundamental desarrollar una comunicación abierta y transparente con los empleados que les haga sentir valorados.
- Seguir la regla de las 3R (reconocimiento, recompensa y retroalimentación): reconocer el trabajo de los empleados para que estos se sientan apoyados, porque así es como se crea una cultura empresarial que valora el bienestar y el aprendizaje por encima del perfeccionismo.
- Capacitar en la gestión eficaz del tiempo y en el establecimiento de límites: las empresas deben proporcionar a sus empleados todas las herramientas y habilidades necesarias para que aprendan a gestionar su tiempo de manera efectiva y que les permitan establecer límites saludables entre el trabajo y la vida personal.
- Favorecer la autonomía y flexibilidad: permitir a los trabajadores tener cierto grado de autonomía y control en la planificación de su trabajo y ofrecer opciones de flexibilidad en cuanto a horarios y lugar de trabajo. De esta manera se podrá reducir la sensación de estar atrapado en una rutina interminable.
En conclusión, para contrarrestar la sisifemia en el entorno laboral, es crucial realizar evaluaciones de riesgos psicosociales y efectuar cambios organizativos. La capacitación en habilidades para manejar la salud mental y la promoción de diferentes prácticas son clave para prevenir este fenómeno y fomentar ambientes laborales saludables.
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